«Quiero tener mi propio negocio»

Ésta idea se ha cruzado por la cabeza de muchos desde siempre, pero sólo unos cuántos lo vuelven una realidad.

Un negocio de autos, ropa, comida, tecnología son algunos de los muchos rubros al que podrías dedicarte, ya sea por facilidades de contacto, afición, presupuesto u otros. Sin embargo, a pesar de ser buenas ideas, muchas veces quedan sólo en eso, en ideas.

Iniciar tu propia empresa puede ser más complicado a cada paso que das, y lo es, si es que no tienes claro qué es lo que quieres.

El primer objetivo del negocio que inicies es que, a corto o largo plazo, debe permitirte recuperar todo el capital invertido en él. Si sólo te genera pérdidas, entonces ¿para qué tenerlo?

Mucha gente asegura que para poder empezar una negocio propio, lo primero que debes hacer es arriesgarte a ponerlo en marcha, de lo contrario sólo quedará en tu cabeza. Ésta afirmación no es del todo cierta.

Si bien es correcto que debemos dejar de lado nuestras inseguridades y empezar a trabajar por lo que queremos, no podemos lanzarnos del puente sin una cuerda.

Debes arriesgarte una vez que hayas analizado todos los aspectos de tu negocio, ver que tan necesario es el producto/servicio que ofreces, qué te diferencia de la competencia, qué hacer si se presentan crisis financieras, y más.

No es que pienses en que todo puede salir mal, sino que tengas en cuenta esa posibilidad y cómo podrás superarla.

Debes mantenerte informado, en constante aprendizaje y asegurarte de estar bien asesorado en cada punto que tengas dudas. De ésta forma iniciarás tu empresa de un modo seguro y apropiado, permitiéndote alcanzar todos los objetivos propuestos.

 

 

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